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Ha muerto David Antona González

Publicamos *La balada del metro sin puertas* y dejó inconcluso un ensayo sobre Erick Satie, además de cientos de páginas manuscritas. Hasta que la fuerza le abandonó, siguió escribiendo y leyendo, preguntando y haciendo bromas. “Voy en busca de lo invisible”, fue una de sus últimas palabras. Nuestro infinito amor llegará allí donde te encuentres y se adentrará en los territorios donde los hombres puros comparten un fuego.

Desolados. Ha muerto nuestro amigo David Antona González. La vida nos premió con su amistad. Compartió con nosotros sueños, recuerdos y risas. Porque siempre estaba riendo. Agradecido, nos rendimos ante esa misma vida, cruda y hermosa. Que lo que está por venir te trate con el amor que mereces. Jamás olvidaremos tu hermoso rostro y prodigiosa voz, tu forma de ver el mundo, tu sincero amor por todo y por todos, el recuerdo de una generación que poco a poco nos va dejando (la resistencia antifranquista, los mítines en París y el exilio voluntario o forzoso). Cruzó la frontera oculto bajo unas mantas, conoció a las principales figuras del movimiento libertario, escuchó a Sartre, Breton y Camus, luchó en las calles de París durante el Mayo francés; fue detenido y encarcelado; conoció el amor, lo renovó y siguió soñando; combatió el paro y la apatía, y con su eterna mochila quiso seguir acercándose allí donde vislumbraba algún incendio. Publicamos *La balada del metro sin puertas*, bebimos juntos *El vino del Fin del Mundo* y dejó inconcluso un ensayo sobre Erick Satie, además de cientos de páginas manuscritas. Hasta que las fuerzas no le abandonaron, siguió escribiendo y leyendo, preguntando y haciendo bromas. Fue casi ayer cuando, tras compartir horas y complicidades, te acompañábamos hasta el metro de La Latina y allí, antes de desaparecer, te despedíamos con una sonrisa y un “hasta mañana”. “Voy en busca de lo invisible”, fue una de sus últimas palabras. Nuestro infinito amor llegará allí donde te encuentres y se adentrará en los territorios donde los hombres puros comparten un fuego.